QUIENES SOMOS Y EN QUE CREEMOS
Nuestro deseo es bendecirte y ser bendición con este sencillo blog que
ha sido creado con el propósito de proporcionarle a la iglesia de Cristo de
manera gratuita materiales y herramientas para el desarrollo de la obra del
ministerio.
Encontrarás varios sitios que te recomendamos donde hallarás diferentes
ministerios cristianos, dos institutos bíblicos web gratuitos, discipulado,
música cristiana, libros cristianos, recursos ministeriales, informática y
otros.
Porque del Señor es la obra, él es el que llama, forma, equipa, afirma y
da el crecimiento; lo que él pide es dependencia, obediencia, esfuerzo y
valentía de cada uno de sus hijos quienes hemos aceptado el señorío del rey de
reyes Jesucristo. Sin Dios nada podemos hacer, pero en él y con él todo lo podemos.
Nos disponemos en las manos de Dios como
instrumentos de barro para ser llenos de su Espíritu, ser transformados,
guiados, usados por Él y así cumplir con la gran comisión en nuestras vidas con
una tarea: "Predicar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo ganando
almas donde se encuentren, con la guía, la unción y ayuda del Espíritu Santo,
restaurándolas, discipulándolas, formándolas y enviándolas a la mies del
Señor".
Génesis 12:1-3. Pero Jehová había dicho a Abram: "Vete de tu tierra, de tu
parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti una
nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan, maldeciré; y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra".
Filipenses 4:13. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Hechos
5:29. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios
antes que a los hombres.
Mateo 10:5. A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones,
diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no
entréis, 6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Y yendo,
predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 8 Sanad enfermos,
limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia.
Hechos 5:29. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
Deuteronomio 31:8. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te
dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.
MISIÓN
La gran comisión. Ser pescadores de almas.
Mateo
4:19. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os
haré pescadores de hombres.
Mateo. 28:16-20. Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al
monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero
algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es
dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Marcos 16.15–18. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el
que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi
nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos
serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos
pondrán sus manos, y sanarán.
Juan 20.19–23. Jesús se aparece a los discípulos. Cuando llegó la
noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas
en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino
Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo dicho
esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo
al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el
Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo:
Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son
remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Lucas 24.36–49. Jesús se aparece a los discípulos. Mientras ellos
aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a
vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu.
Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos
pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque
un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto,
les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y
estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron
parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de
ellos. Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con
vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en
la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el
entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está
escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los
muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el
perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros
sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre
vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis
investidos de poder desde lo alto.
VISIÓN
A través de los dones, llamamientos y ministerios,
implantar el carácter de Cristo en cada nuevo creyente, para que lleguen a ser
discípulos de Cristo y puedan también llevar a otros a entregar sus vidas a
Dios y de esa manera todas las familias sean bendecidas en Jesucristo, formando
equipos ministeriales para alcanzar almas para el reino de los cielos a través
de grupos celulares evangelísticos y de enseñanza bíblica.
Mateo 5:14-16. LA LUZ DEL MUNDO. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada
sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de
un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Efesios 4:11-13. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros,
profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo.
2 Timoteo 2:10-17. El deber del Cristiano. Pero tú has seguido mi doctrina, conducta,
propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos,
como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones
que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que
quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos
hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién
has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las
cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo
Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Juan 17 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Jesús ora por
sus discípulos. 17 Estas cosas habló
Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado;
glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para
que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único
Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que
me diste que hiciese. 5 Ahora
pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo
antes que el mundo fuese.
6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
Instrucciones sobre la oración. 1 Timoteo
2:1-8. Exhorto ante todo, a que se hagan
rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y
reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable
delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean
salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un
solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí
mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no
miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad. Quiero, pues, que los
hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
Mateo 7:24-29. Los dos cimientos. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace,
le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió
lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y
no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas
palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa
sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y
dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando
terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les
enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Isaías 41. No
temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Isaías 43:1-7. Ahora,
así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas,
porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas,
yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el
fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo,
el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía
y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y
yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque
yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te
recogeré. Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis
hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, todos los llamados de mi
nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.
Salmo 91. Morando
bajo la sombra del Omnipotente. El que habita al abrigo del Altísimo, morará
bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo
mío; Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, de la
peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás
seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta
que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en
medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; Mas a ti
no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los
impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu
habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus
ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos
te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid
pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto
su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi
nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo
libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.
Salmo 23. Jehová
es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará
descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará
por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de
muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis
angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente
el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa
de Jehová moraré por largos días.
Daniel 12. El tiempo del fin. 1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que
está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca
fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu
pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. 2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán
despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión
perpetua. 3 Los entendidos
resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia
a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. 4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el
libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia
se aumentará.
5 Y yo Daniel
miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el
otro al otro lado del río. 6 Y dijo
uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será
el fin de estas maravillas? 7 Y oí
al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su
diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que
será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la
dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. 8 Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál
será el fin de estas cosas? 9 El
respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el
tiempo del fin. 10 Muchos serán
limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y
ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán. 11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo
sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. 12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil
trescientos treinta y cinco días. 13 Y
tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al
fin de los días.
Doctrina de
fe.
LA BIBLIA: Creemos
que todos los 66 libros de la Biblia tal como fueron originalmente dados son
completamente la Palabra de Dios, y por lo tal es la única y final regla de fe
y suprema autoridad para la vida. (2
Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20-21).
DIOS: Creemos que hay
un solo Dios, creador del hombre y de todas las cosas visibles e invisibles. Él
es quien gobierna el cielo y la tierra. Dios se ha manifestado a la humanidad
como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, quienes son tres personas iguales
en perfección divina y co-eternas, que trabajan unidas en todo propósito, por
lo cual le llamamos la Divina Tri-unidad (Trinidad) 1 Juan 5:7 Porque
tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu
Santo; y estos tres son uno.
CRISTO: Creemos que
Cristo es el eterno Hijo de Dios (Hebreos 1:2-3); quien es el creador
y sustentador de todas las cosas que existen. Él es la manifestación misma del
Dios invisible (Filipenses 2:6; Colosenses 1:15-17), que fue concebido
por el Espíritu Santo y nacido de una virgen, tomando así forma de hombre (Juan 1:2-3, 14). Creemos que Cristo fue muerto crucificado en una cruz,
enterrado en una tumba y que resucitó de entre los muertos al tercer día
conforme a La Escritura. Creemos que Cristo fue levantado hacia el cielo y está
sentado a la diestra del Padre y es el único mediador entre Dios y los
hombres (1 Timoteo 2:5) y en cuyo solo nombre hay salvación (Hechos 2:38). Creemos
que Cristo volverá por segunda vez a salvar eternamente a los que han creído en
El, estén vivos o muertos. (1 Corintios
15: 20-23; Tito 2:11-14).
EL ESPÍRITU SANTO: Creemos que el Espíritu Santo es una persona, no una
influencia; y que es eterno junto con el Padre y con el Hijo (Hechos 5:3-4). Creemos
que el Espíritu Santo forma parte de la obra redentora de Dios convenciendo al
hombre de pecado, regenerando y santificando a los creyentes.
EL HOMBRE: Creemos
que la raza humana, por la desobediencia de Adán está en pecado por naturaleza
y selección, y que a no ser por la obra redentora de Cristo permaneceríamos en
enemistad con Dios (Romanos 8:7), y bajo el gobierno de Satanás y caminando en nuestra propia
voluntad pecaminosa. (Efesios 2:1-3).
LA SALVACIÓN: Creemos
que Dios en su infinita misericordia y gracia a provisto la salvación al hombre
por medio de la obra redentora de Jesucristo, quien llevó nuestros pecados en
su cuerpo en la cruz (1 Pedro 2:24). La salvación se recibe únicamente por la fe en Cristo Jesús,
sin importar nuestros esfuerzos, méritos, u obras de justicia. La salvación es
completada por la labor convencedora y regeneradora del Espíritu Santo quien
produce en nosotros la fe y el arrepentimiento de nuestros pecados, lo cual se
hace manifiesto en una vida caracterizada por la obediencia a la voluntad de
Dios tal como lo establece la Biblia (Mateo
7:21-23; Efesios 2:10).
LA IGLESIA: Creemos que los que han puesto una fe verdadera en Cristo
han sido bautizados por el Espíritu Santo en su cuerpo, el cual es la iglesia y
del cual El, Cristo, es la cabeza. La iglesia está compuesta por todos aquellos
que han nacido de nuevo en Cristo. Los miembros de este cuerpo son dotados de
dones por medio de Dios para el propio funcionamiento de la iglesia y se reúnen
en congregaciones locales con el propósito de edificarse mutuamente en Cristo,
y evangelizar al mundo. (1 Corintios
12:12-13).
CRISTIANO: Un cristiano es alguien que ha nacido de nuevo (nacido del
Espíritu Santo) y que es un hijo de Dios. Es miembro de la familia de
Dios (Efesios 2:19). Es miembro del cuerpo de Cristo, la Iglesia, dentro de la
cual ha sido bautizado por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:13). Es
además miembro activo de una congregación local donde funciona junto con otros
cristianos para el fortalecimiento y la edificación del cuerpo de Cristo (Hebreos 10:25; Efesios 4:11-16) El cristiano esta
bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestes en Cristo (Efesios 1:3). Sus
pecados han sido perdonados, está hecho completo y santificado por medio de la
obra redentora de la cruz (Hebreos 10:10). Tiene
Vida Eterna en Cristo quien mora dentro de el por medio del Espíritu Santo (1 Corintios
6:19). Un verdadero cristiano permanece en
Cristo, crece en la Gracia y el conocimiento y persevera hasta el fin. El que
no persevera o vive en pecado no ha conocido a Cristo aunque diga y aparente lo
contrario (I Juan 2:9,11; I Juan 2:19).
LA PREDICACIÓN: Cada
cristiano tiene como mandamiento divino el predicar el evangelio. Esta orden es
la gran comisión que incluye a hombres y mujeres nacidos de nuevo. Es nuestra
tarea como creyentes regar la semilla del evangelio en el corazón de todos los
hombres. El Espíritu Santo se encargara de hacer su obra de dar vida y la
convicción produciendo la fe y el arrepentimiento en la persona. Dios es quien
llama a los que han de ser salvos y limpia a los que creen de todos sus pecados
por medio de la sangre de Cristo.
ÚLTIMAS COSAS: Creemos
que Jesucristo volverá en cuerpo en su determinado tiempo y de forma visible
para juzgar a vivos y muertos; y que todos los hombres serán resucitados,
primeramente los que han creído en Cristo para vida eterna, y luego los que no
creyeron, para condenación eterna. (Juan
5:29; Apocalipsis 20:11-15).