martes, 12 de mayo de 2015

BASES BÍBLICAS PARA LA OBRA DEL MINISTERIO


QUIENES SOMOS Y EN QUE CREEMOS

Nuestro deseo es bendecirte y ser bendición con este sencillo blog que ha sido creado con el propósito de proporcionarle a la iglesia de Cristo de manera gratuita materiales y herramientas para el desarrollo de la obra del ministerio.

Encontrarás varios sitios que te recomendamos donde hallarás diferentes ministerios cristianos, dos institutos bíblicos web gratuitos, discipulado, música cristiana, libros cristianos, recursos ministeriales, informática y otros.

Porque del Señor es la obra, él es el que llama, forma, equipa, afirma y da el crecimiento; lo que él pide es dependencia, obediencia, esfuerzo y valentía de cada uno de sus hijos quienes hemos aceptado el señorío del rey de reyes Jesucristo. Sin Dios nada podemos hacer, pero en él y con él todo lo podemos.

Nos disponemos en las manos de Dios como instrumentos de barro para ser llenos de su Espíritu, ser transformados, guiados, usados por Él y así cumplir con la gran comisión en nuestras vidas con una tarea: "Predicar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo ganando almas donde se encuentren, con la guía, la unción y ayuda del Espíritu Santo, restaurándolas, discipulándolas, formándolas y enviándolas a la mies del Señor".

Génesis 12:1-3. Pero Jehová había dicho a Abram: "Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan, maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra".

Filipenses 4:13. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Hechos 5:29. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

Mateo 10:5. A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.

Hechos 5:29. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

Deuteronomio 31:8. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.

MISIÓN

La gran comisión. Ser pescadores de almas. 

Mateo 4:19. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.

Mateo. 28:16-20. Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Marcos 16.15–18. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Juan 20.19–23. Jesús se aparece a los discípulos. Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.

Lucas 24.36–49. Jesús se aparece a los discípulos. Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de ellos. Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

VISIÓN

A través de los dones, llamamientos y ministerios, implantar el carácter de Cristo en cada nuevo creyente, para que lleguen a ser discípulos de Cristo y puedan también llevar a otros a entregar sus vidas a Dios y de esa manera todas las familias sean bendecidas en Jesucristo, formando equipos ministeriales para alcanzar almas para el reino de los cielos a través de grupos celulares evangelísticos y de enseñanza bíblica.

Mateo 5:14-16. LA LUZ DEL MUNDO. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Efesios 4:11-13. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

2 Timoteo 2:10-17. El deber del Cristiano. Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Juan 17 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Jesús ora por sus discípulos. 17  Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.

12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.

14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.

Instrucciones sobre la oración. 1 Timoteo 2:1-8. Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad. Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.

Mateo 7:24-29. Los dos cimientos. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Isaías 41. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 43:1-7. Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Salmo 91. Morando bajo la sombra del Omnipotente. El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.

Salmo 23. Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Daniel 12. El tiempo del fin. 1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. 3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. 4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará. 
 
Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? 7 Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. 8 Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 10 Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán. 11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. 12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. 13 Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.

Doctrina de fe.

LA BIBLIA: Creemos que todos los 66 libros de la Biblia tal como fueron originalmente dados son completamente la Palabra de Dios, y por lo tal es la única y final regla de fe y suprema autoridad para la vida. (2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20-21).

DIOS: Creemos que hay un solo Dios, creador del hombre y de todas las cosas visibles e invisibles. Él es quien gobierna el cielo y la tierra. Dios se ha manifestado a la humanidad como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, quienes son tres personas iguales en perfección divina y co-eternas, que trabajan unidas en todo propósito, por lo cual le llamamos la Divina Tri-unidad (Trinidad) 1 Juan 5:7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.

CRISTO: Creemos que Cristo es el eterno Hijo de Dios (Hebreos 1:2-3); quien es el creador y sustentador de todas las cosas que existen. Él es la manifestación misma del Dios invisible (Filipenses 2:6; Colosenses 1:15-17), que fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de una virgen, tomando así forma de hombre (Juan 1:2-3, 14). Creemos que Cristo fue muerto crucificado en una cruz, enterrado en una tumba y que resucitó de entre los muertos al tercer día conforme a La Escritura. Creemos que Cristo fue levantado hacia el cielo y está sentado a la diestra del Padre y es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5) y en cuyo solo nombre hay salvación (Hechos 2:38). Creemos que Cristo volverá por segunda vez a salvar eternamente a los que han creído en El, estén vivos o muertos. (1 Corintios 15: 20-23; Tito 2:11-14).

EL ESPÍRITU SANTO: Creemos que el Espíritu Santo es una persona, no una influencia; y que es eterno junto con el Padre y con el Hijo (Hechos 5:3-4). Creemos que el Espíritu Santo forma parte de la obra redentora de Dios convenciendo al hombre de pecado, regenerando y santificando a los creyentes.

EL HOMBRE: Creemos que la raza humana, por la desobediencia de Adán está en pecado por naturaleza y selección, y que a no ser por la obra redentora de Cristo permaneceríamos en enemistad con Dios (Romanos 8:7), y bajo el gobierno de Satanás y caminando en nuestra propia voluntad pecaminosa. (Efesios 2:1-3).

LA SALVACIÓN: Creemos que Dios en su infinita misericordia y gracia a provisto la salvación al hombre por medio de la obra redentora de Jesucristo, quien llevó nuestros pecados en su cuerpo en la cruz (1 Pedro 2:24). La salvación se recibe únicamente por la fe en Cristo Jesús, sin importar nuestros esfuerzos, méritos, u obras de justicia. La salvación es completada por la labor convencedora y regeneradora del Espíritu Santo quien produce en nosotros la fe y el arrepentimiento de nuestros pecados, lo cual se hace manifiesto en una vida caracterizada por la obediencia a la voluntad de Dios tal como lo establece la Biblia (Mateo 7:21-23; Efesios 2:10).

LA IGLESIA: Creemos que los que han puesto una fe verdadera en Cristo han sido bautizados por el Espíritu Santo en su cuerpo, el cual es la iglesia y del cual El, Cristo, es la cabeza. La iglesia está compuesta por todos aquellos que han nacido de nuevo en Cristo. Los miembros de este cuerpo son dotados de dones por medio de Dios para el propio funcionamiento de la iglesia y se reúnen en congregaciones locales con el propósito de edificarse mutuamente en Cristo, y evangelizar al mundo. (1 Corintios 12:12-13).

CRISTIANO: Un cristiano es alguien que ha nacido de nuevo (nacido del Espíritu Santo) y que es un hijo de Dios. Es miembro de la familia de Dios (Efesios 2:19). Es miembro del cuerpo de Cristo, la Iglesia, dentro de la cual ha sido bautizado por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:13). Es además miembro activo de una congregación local donde funciona junto con otros cristianos para el fortalecimiento y la edificación del cuerpo de Cristo (Hebreos 10:25; Efesios 4:11-16) El cristiano esta bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestes en Cristo (Efesios 1:3). Sus pecados han sido perdonados, está hecho completo y santificado por medio de la obra redentora de la cruz (Hebreos 10:10). Tiene Vida Eterna en Cristo quien mora dentro de el por medio del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19). Un verdadero cristiano permanece en Cristo, crece en la Gracia y el conocimiento y persevera hasta el fin. El que no persevera o vive en pecado no ha conocido a Cristo aunque diga y aparente lo contrario (I Juan 2:9,11; I Juan 2:19).

LA PREDICACIÓN: Cada cristiano tiene como mandamiento divino el predicar el evangelio. Esta orden es la gran comisión que incluye a hombres y mujeres nacidos de nuevo. Es nuestra tarea como creyentes regar la semilla del evangelio en el corazón de todos los hombres. El Espíritu Santo se encargara de hacer su obra de dar vida y la convicción produciendo la fe y el arrepentimiento en la persona. Dios es quien llama a los que han de ser salvos y limpia a los que creen de todos sus pecados por medio de la sangre de Cristo.

ÚLTIMAS COSAS: Creemos que Jesucristo volverá en cuerpo en su determinado tiempo y de forma visible para juzgar a vivos y muertos; y que todos los hombres serán resucitados, primeramente los que han creído en Cristo para vida eterna, y luego los que no creyeron, para condenación eterna. (Juan 5:29; Apocalipsis 20:11-15).